"- Quien dicta la muerte - continuó - debe ser capaz de ejecutarla con su propia mano.
No dejaré que ninguno de ustedes cargue con el dolor que me corresponde. ( )
Thungür blandió el hacha. Una vez, dos veces. Saltó la sangre.
Se fue la vida.
El jefe husihuilke dejó caer el arma:
- Entierren el hacha junto a ellos - ordenó-.
Haré otra.
Una que no tenga manchado el corazón. "
- Los días del Fuego. La Saga de los Confines III
(Parte I - La ley husihuilke)
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